Miguel García Vivancos

En el año 1947 conoció a Pablo Picasso que lo acogió con cariño ya que había oído de sus acciones durante la Guerra Civil. Decide mostrarle sus obras en su estudio de la Rue des Grand-Agustins. Picasso se interesó por su pintura y le buscó a la marchante María Cuttoli para que se ocupase de darlo a conocer. En el año 1948 realizó su primera exposición en París en la galería “Mirador”. Se fue haciendo nombre llegando exponer en numerosas galerías de París, Roma, Basilea, Rotterdanm, Rabat, y en diferentes ciudades de la antigua Yugoeslavia.

Pintura de Vivancos
Su nostalgia por España le lleva a solicitar su entrada oficial, con objeto de residir en ella, y Gobierno de Franco se lo autoriza en 1970. En 1971 expone sus obras en la galería “Ramón Duran” de Madrid, pasando su muestra desapercibida tanto por la crítica como por los coleccionistas. De una forma póstuma se realiza a las pocas semanas de su fallecimiento una exposición de sus obras en la galería Studio 52 de Córdoba, ésta motiva que ese mismo año se exponga en Bilbao en la galería “Arteta”, obteniendo un gran éxito. Incluso coleccionistas de Madrid de “pintura naif“ que no se habían enterado de la exposición realizada en esta ciudad un año antes, se trasladaron a Bilbao para adquirir sus obras. Nuevamente se organiza en 1974 una exposición en la galería “Arteta” de Bilbao.


Encontrándose mal de salud y sin apenas haber tenido relación con Córdoba la elige al final de sus días como residencia, por su clima y ambiente adecuado, por sentir una gran predilección por ella y por razones históricas-artísticas. Este motivo es más que suficiente como para que Córdoba le esté agradecido a este pintor “naif” de fama mundial, y se le pueda considerar como a un hijo de la misma.



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